Los judíos sefardíes o sefarditas (españoles en idioma hebreo) son los descendientes de aquellos expulsados de España en 1492 durante la Inquisición española. Los sefardíes se repartieron entonces por varios países. Algunos se establecieron en el sur de Francia, en las ciudades de Bayona y San Juan de Luz. Otros fueron a Portugal primero, de donde también serían expulsados, dirigiéndose una proporción de hebreos a países como Holanda y ciudades del norte de Alemania, como Bremen o Hamburgo. Algunos más se esparcieron en los reinos moros de Marruecos o incluso Siria, mientras que una pequeña fracción de ellos se establecieron en países como Dinamarca, Suiza o Italia. Muchos sefardíes permanecieron en España bajo una supuesta apariencia cristiana (marranos) y posteriormente se trasladaron a algunas islas del Caribe, como Jamaica, o incluso a Brasil, Perú y México, donde muchos de ellos participaron en las campañas conquistadoras y expansionistas de España y Portugal.
Sin embargo, la gran mayoría de los sefardíes serían recibidos en el Imperio Otomano donde se establecieron en cuatro grandes comunidades ,más grandes que cualquiera de las de España, Salónica(Grecia) , Estambul y Esmirna, en Turquía, y la de Safed, en Palestina, Sin embargo, los sefardíes se establecieron en casi todas las ciudades importantes del imperio, fundando comunidades en Sarajevo (Bosnia), Belgrado (Serbia), Monastir (Macedonia), Sofía y Russe (Bulgaria), Bucarest (Rumanía), Alejandría (Egipto) y Edirne, Çanakkale, Tekirdağ y Bursa en la actual Turquía.